ATALAYAS ANTIGUAS PARA LA PESCA DEL ATÚN CON VIGÍA

HEMEROSKOPEION
Resultado de imagen de ATUNES
Existen testimonios antiguos (Claudio Eliano, Filóstrato, Opiano) de cómo se hacía la pesca con vigía entre los siglos VI y II a. de C.

Así es como la narra Eliano:

"las gentes que habitan toda esta región conocen a la perfección la fecha de la llegada de los atunes y, efectivamente, éstos llegan en el momento del año que saben esas gentes, y para entonces están preparados para atacarlos con muchos instrumentos: naves, redes y una alta atalaya. Pues bien, esta atalaya, fijada en un lugar elevado de la costa, se levanta en un calvero que permite una buena visión en derredor por estar totalmente libre de obstáculos. 

Se fijan en el suelo dos altos troncos de abeto unidos entre sí con anchos tablones, que están pegados unos a otros de forma compacta y que son excelentes para que el vigía suba y se plante allá arriba. Las barcas tienen cada una a cada costado seis remeros jóvenes, que reman con gran vigor. Las redes son muy largas, no demasiado fofas ni retenidas por los corchos, sino más bien lastradas con plomo. Y resulta que las bandadas de estos peces nadan compactas al interior de este mar. 

Cuando empieza a relucir la primavera y los vientos traen ya brisas suaves y la atmósfera ambiente está radiante y como sonriente y las olas se hallan paralizadas y el mar tranquilo, el vigía, al ver a los atunes gracias a una habilidad inexplicable y a una condición de su vista que le hace ver con la mayor agudeza, dice a los pescadores de qué parte vienen, y también les hace saber si deben extender las redes hacia la costa. Y si deben extenderlas más adentro da, como un general, el santo y seña, o, como un corifeo, el tono. ¡Y ya podrá decir montones de veces la cifra exacta de cada bandada de atunes que llega, que no se equivocará ni una sola vez en el número! Y los siguientes hechos, ¡qué maravilla! Cuando el tropel de atunes se lanza a mar abierto, el que está al cuidado de la vigilancia y que tiene un conocimiento preciso de los citados peces, lanzando gritos agudos, les dice que los persigan allá y que remen derecho al mar abierto. Y los pescadores atando a uno de los dos troncos de abeto que sostienen al vigía una soga muy larga prendida a las redes, reman en las barcas que van en fila unas detrás de otras y pegando entre sí, porque, como es de comprender, la red se reparte también entre todas y cada una de ellas. La barca que va la primera suelta su porción de red y se retira; luego hace la misma operación la segunda y la tercera, y es ahora cuando la cuarta debe soltar su porción, mientras los que mueven a remo la quinta esperan todavía y los que van detrás de ésta no tienen que soltar aún su porción. A continuación reman alternativamente unos detrás de otros, llevan su porción de red y, tras esta operación, se quedan quietos. Y claro está, los atunes, como son retraídos e incapaces de llevar a cabo un rápido golpe de audacia, se quedan quietos y sin rebullir al verse acorralados. Y los remeros capturan, como si se tratara de una ciudad tomada, como diría el poeta, la población de los peces....".

Hemeroskopeion, en el cabo de la Nao, en Denia, no era sino la atalaya para el vigía.


LA ALMADRABA DE BENICASIM. Siglo XVI.


Cuenta  el historiador Gaspar Escolano:

Resultado de imagen de benicasim playa almadrava “De los atunes que acuden por junio y julio a la almadravas de Benicasim, Denia, Jávea y Alicante, es no acabar comenzar a hazer referencia: según que se mata cada día a treszientos o quatrozientos... El orden que se guarda en pescarlos es artificioso. Porque se ponen seys o siete barcos en arco, algo desviados los unos de los otros; dos destos están hazia tierra con las redes gruesas para sitiarlos; y el barco más apartado le dexan a quarto de legua. Los atunes se vienen bogando hazia la costa y antes de que lleguen al puesto, los descubre desde una atalaya, tan claro por el aguaje que hazen que los puede contar. 

Descubiertos, se haze seña con un lienzo y luego comienzan a moverse los dos barcos con las redes y los van tendiendo por el agua adelante, ciñendo a los atunes hasta emparejar con el barco postrero, que también baxa echando las suyas. Por este camino, en breve espacio los tienen aislados sin osar ellos rebullirse, porque con ser tan disconformes, son con extremo medrosos y se atajan de cualquier pajuela que en el agua vean. De estas redes la una es de esparto y se llama adaçal, la otra de cáñamo y llámanla cinta gorda: que tiradas a su tiempo por más de doscientos bergantes, llevan tras sí enredados a aquellos cuerpos de los atunes, y arrojándose sobre ellos hombres desnudos con cloques, que son unos garabatos de hierro clavados en palos, les hienden las cabeças y así los acaban”

(G. ESCOLANO, Décadas de la Historia de la Insigne y Coronada Ciudad y Reino de Valencia. Década primera, Valencia, 1610, cols. 728-730)

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Para profundizar sobre el tema:

HEMEROSKOPEION=THYNNOSKOPEION. EL FINAL DE UN PROBLEMA HISTÓRICO MAL ENFOCADO 

Francisco Javier Fernández Nieto Universidad de Valencia

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Comentarios